El Racing de Fabri recibió de su propio medicina esta tarde en los Campos de Sport. Si durante las últimas jornadas de liga la suerte se había alíado con los cántabros para sumar una racha de dos victorias consecutivas, hoy esa misma situación sonrió al Numancia, que apenas inquietó el marco de Dani Sotres, pero que se llevó un punto gracias a un penalti en una jugada aislada.
Pintaban bien las cosas para los cántabros en los minutos iniciales, jugando en campo del Numancia y amenazando la portería de Herrerín. Fruto de esa presión llegó el gol: Francis desbordó por banda derecha y centraba al corazón del área, donde Dorca cabeceaba a la red.
Eran los mejores minutos del Racing, e incluso Borja Docal estuvo a punto de aumentar la ventaja cántabra en una gran jugada personal en la que sorprendió a la defensa rojilla, aunque su disparo fue finalmente detenido por el guardameta soriana.
Pero a partir de ahí se le apagó la luz al ataque racinguista. El equipo de Fabri se echó atrás de manera descarada, dando opciones para que el Numancia fuera creciendo en su juego. Sin embargo, ni uno ni otro lograban llegar con claridad al área rival, y con el 1-0 se llegaba al descanso.
En la reanudación el Racing volvió a dar un arreón con disparos de Jairo y Assulin, que sustituyó a un Bouazza muy tocado físicamente. Sin embargo, fue un espejismo, y los de Fabri volvieron a las andadas replegándose sobre el área de Sotres para defender el 1-0.
Pero esta vez se volvieron las tornas, y en una jugada sin aparente peligro llegó el penalti: una mano absolutamente innecesaria de Óscar Pérez fue aprovechada por Nagore para colocar el empate.
A partir de ahí pudo pasar cualquier cosa, incluso que el Numancia se llevara los tres puntos. Sin embargo, la impotencia del Racing y el conformismo del Numancia dejaron el electrónico en tablas, demostrando que en ocasiones el fútbol te quita lo que te ha regalado con anterioridad.